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Actualidad

Fanatismo y civilización

Circula entre los que gustan de la filosofía una frase de Walter Benjamin, en la que se nos recuerda que no hay un solo documento sobre la civilización que no lo sea a la vez sobre la barbarie. El tema se nos ha puesto de actualidad, otra vez, a raíz de los atentados del pasado mes de noviembre. El debate está en la calle, por aquello de la campaña electoral, pero se podría decir que estamos ante una de esas pocas veces en las que el problema alcanza dimensiones globales.

Votar a la lotería

Es más que probable que esté ante la última vez en la que presento en las clases de 4º de ESO conceptos tan básicos como el de moral, ética y política. Con este último estábamos hace unos días, hablando sobre la conveniencia de que un político mienta o no a la población. Intuitivamente, todos daríamos la misma respuesta: un político no debe mentir, y de hecho debería sancionarse el engaño en caso de producirse.

Lucía se va, pero el daño ya está hecho

Sabíamos en estos días de la dimisión "forzada" de la consejera de educación de la comunidad de Madrid. Lucía Figar se va, a Lucía Figar la echan... qué más da. El caso es que su directa o indirectamente algo tiene que contarle al juez sobre el tema de la corrupción descubierta en la red púnica. Porque eso, y no otra cosa, es lo que significa estar "imputado" tal y como están empeñados en recordarnos desde diferentes medios. Me importa un pimiento que al final esté implicada o no en la red.

Democracia y nazismo

Sé que el título es una tontería. Un intento, seguramente fallido, de provocación. Un sarcasmo inaceptable si nos paramos a pensar con cierto rigor en los derechos propios de la democracia y en lo que fue el nazismo, en todo lo que significó no sólo como movimiento político, sino también como actitud racista, xenófoba y, en último término, genocida. Pero sí hay una parte de la democracia que me recuerda inevitablmente al nazismo. Y es precisamente este que nos toca vivir: el abrasamiento personal que supone la campaña electoral.

De repúblicas

La semana pasada llovían las noticias y comentarios que nos recordaban que se cumplía el aniversario de la segunda república. Un periodo de nuestra historia un tanto polémico: se encuentran por ahí enfoques que lo idealizan y lo demonizan a partes iguales. Se nos habla de reformas y misiones pedagógicas, de políticas de igualdad que conviven con los que señalan las políticas revanchistas y de persecución.

Política y conversaciones de salón

Cada época tiene su afán. Sus historias de buenos y malos, sus héroes y sus villanos. La televisión y los grandes medios nos enseñan que en su día Gadafi era un claro defensor de la apertura de Libia. Algunos años después se transformó en un tirano. El propio Bin Laden fue formado para la CIA, aunque no para estrellar aviones contra torres. Los amigos de hoy son los enemigos del mañana. El tiovivo sigue girando y solo se van sustituyendo algunas de sus figuras. Cuando el caballo de madera está ya viejo y desvencijado, cuando ya no le queda pintura, se tira a la basura y se cambia por otro.

De elecciones andaluzas y responsabilidades

Pasadas las elecciones andaluzas, ha llegado el momento de hablar de la campaña. Principalmente por no haber llegado a tiempo en su momento, pero también en previsión de que el argumentario va a ser bastante similar en cada comunidad autónoma y municipio. O nos tapamos los oídos, o nos tocará escuchar unas ideas, repetidas una y otra vez para las múltiples elecciones que nos esperan. Todas ellas, nos dicen, decisivas y trascendentes para nuestro país.

¿Es mejor saber la verdad?

Ana Frank revivía estos días en los telediarios y su fotografía paseaba por revistas y diarios. Se recordaba así el setenta aniversario de su muerte. En una conversación informal con dos compañeros, hablábamos de su padre como único superviviente y, por tanto, propietario del "legado", valga la expresión, de Ana Frank. Suena paradójico, pero en este caso fue el padre quien heredó de la hija. No sólo un diario, sino también una carga simbólica llamada a perdurar durante siglos.

Es el medio tonto

Hace ya días que ha saltado, de nuevo, la polémica en torno a una presentadora de televisión, responsable de difundir en su programa propaganda psuedocientífica. Algo así como que comer limones previene el cáncer. O cosas parecidas. No hace tanto que la misma se puso un poco metafísica, y reflexionaba sobre las posibles consecuencias "en el alma" de un trasplante: por un extraño modus ponens había llegado a la conclusión de que si te ponen el riñón de un ladrón, puedes despertar de la anestesia con ansias de robar cuantos goteros y sueros queden a tu alcance.

Ni charlies ni asesinos

¿Es posible que un grupo de adolescentes de 16 años muestren más madurez que los adultos" La pregunta viene al hilo de la actualidad: el atentado contra Charlie Hebdo. La noticia me trajo inmediatamente a la cabeza la discusión que se planteó en la final de dilemas morales de la pasada Olimpiada Filosófica de Castilla y León.