El teísmo es incompatible con la razón, por lo que hemos de aceptar un ateísmo que libere al ser humano de creencias y rituales que niegan su libertad.

El individuo debe luchar por desarrollarse al máximo, sin estar pendiente del bien de los demás o el bien común. 

En la tarea de la realización personal, es tan inadmisible que otros se aprovechen de mí como que yo me aproveche de otros. Hay que respetar la radical libertad de cada uno.

El amor, la solidaridad y otros valores tiene siempre una raíz egoísta y de no ser así serán una impostura sobre el individuo.