Cogito en René Descartes
Es la primera verdad del sistema cartesiano, a partir de la cual se pueden ir deduciendo el resto de verdades y, en último término, el conocimiento empírico de la realidad. El “pienso luego existo” cartesiano (cogito ergo sum) es el reconocimiento de la intuición directa que cada cual tiene de su propia conciencia, y del valor de este conocimiento, capaz de superar cualquier ataque de la duda, por más sofisticado e inverosímil que este sea. Con el cogito, Descartes sitúa la conciencia, el yo, como fundamento último del conocimiento y de la verdad del mundo, lo cual resultará problemático pues bastará elaborar una crítica a este concepto para derrumbar todo el racionalismo que se está apoyando, en último término, en la subjetividad.