Un lenguaje sin yo
Hace ya unos cuantos años, durante unas jornadas de la facultad asistí al mayor cruce de insultos "académicos" que jamas he escuchado. Se trataba de un conjunto de expertos en filosofía del lenguaje y la ponencia que desencadenó la polémica versaba sobre la posibilidad de crear un lenguaje sin yo. Por allí desfilaron, cómo no, Wittgenstein y Russell, y algunos otros de los más renombrados filósofos del lenguaje. Llegado el turno de preguntas uno de los asistentes comenzó un intercambio dialéctico de los de educación exquisita y baja estofa.